lunes, 10 de mayo de 2010

Acción de la LUNA sobre las mareas

Supongamos que la Luna no girase alrededor de la Tierra, sino que la acompañase simplemente en su movimiento a través de los espacios. En este caso, la Luna saldría y se pondría diariamente, mas siempre a las mismas horas. Y de este modo, habría mareas diarias en todos los puntos del mundo, lo mismo que actualmente, siempre a la misma hora. La diferencia entre esto y lo que ocurre realmente es que la Luna se mueve alrededor de la Tierra, mientras ésta gira sobre su propio eje. Esto hace que la Luna salga y se oculte en cada lugar de la Tierra aproximadamente media hora más tarde cada día, y está comprobado que las mareas experimentan un retraso semejante.
La Luna, como el agua del mar, es una sustancia material, y es sabido que la materia atrae y, a su vez, es atraída por la materia. Este fenómeno ha recibido el nombre de gravitación universal. Entre la Tierra y la Luna existe naturalmente esta misma atracción mutua; pero como la mayor parte de la Tierra está cubierta de agua, y los líquidos no son rígidos, claro está que los efectos de esta atracción se harán especialmente sensibles sobre los distintos mares. Las aguas situadas enfrente de la Luna son atraídas por ella, y como la Tierra gira constantemente sobre su eje, se comprende que una ola tremenda debe desplazarse noche y día a través de los diversos océanos, siguiendo los movimientos de nuestro satélite. Si en la Luna hubiese mares, también habría en ella mareas debidas a la atracción de la Tierra; y como ésta es mucho mayor que aquélla, las mareas en la Luna serían enormes. Pero en la Luna no hay mareas, si bien es probable que existan los lechos de ciertos océanos, secos hace mucho tiempo. La acción de la Luna se reduce simplemente a atraer hacia sí las aguas existentes sobre la superficie de la Tierra, a medida que ésta gira y le presenta sucesivamente sus distintas superficies líquidas.